Perdida.

Pocas cosas tienen sentido.
Es como cuando eras pequeña e ibas andando con tus padres entre un montón de gente, te separabas de ellos un segundo, y de repente ya no estaban, y te sentías sola, como si te hubiesen abandonado. Pues así me siento yo.
Un fin de semana para pensar, lo necesitaba, porque hay cosas en mi vida que no van bien. Me he dado cuenta de que pensando es como me doy cuenta de que mi vida así no puede seguir. Y si sigo así voy a acabar con una depresión de caballo, comiendo helado y poniéndome gorda sentada en el sofá.
Necesito cambiarlo todo, darle una patada a lo que está mal, y agarrar lo que sí funciona para que no se vaya de ninguna manera de mi vida. Quiero hacer mil cosas que me aportan, quiero cambios, quiero, más bien, necesito que esto cambie.
Y este año ya no tiene solución, peroel año que viene me niego a estar tirada por los suelos como este año.