sábado, 16 de abril de 2011

Hay veces que los días no salen redondos.

"- Como un milagro... Ya entiendo. + ¿Qué entiendes? - Que te encanten estas cosas. + ¿Estas cosas?... También tengo mis creencias, tengo fe, ¿tú no? - No... existen demasiadas cosas malas en el mundo. + Sin sufrimiento no habría compasión. - Dile eso a los que sufren." Siempre, y sorprendentemente, me han caracterizado por saber darle la importancia necesaria a las cosas. Si hay una pelusa en el suelo no pongo el grito en el cielo, pero si me ponen la vacuna caducada 4 meses seguidos pues sí que lo hago, normal. ¿O es que estoy loca? No pienso darle más vueltas a este asunto, voy a luchar por ello, voy a insistir hasta la saciedad, hasta que lo consiga. Y si no es así, por lo menos no he tirado la toalla. "El que pierde es el que se da por vencido" y yo no pienso hacerlo. NO. Me niego. Gracias a Dios que no me parezco a mi madre.

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