miércoles, 29 de septiembre de 2010

Coincidencias.

Ayer fue un día extraño. Bueno, mas que extraño, fue bajona.
No tenía ganas de nada. Bueno, en el fondo sí que tenía, pero ningún plan me llamaba tanto como para arreglarme y salir por la puerta de mi casa. Al final, el día se arregló. De hecho, se podría decir que lo que se arregló más bien fue el día siguiente, ya que eran altas horas de la madrugada cuando se arregló la cosa. Y se arregló porque TU apareciste. Sin que yo te llamase... Coincidencias, o quizás no.
Después, intenté dormir, y he tenido un sueño que jamás voy a olvidar.
Estaba embarazada, iba a tener un bebé, todo el mundo estaba súper contento.
En el sueño, tenía a alguien a mi lado, con el que era inmensamente feliz.
Hablabamos del nombre que le ibamos a poner. Si era niño, Alvaro, si era niña, Estrella.
Y desperté, feliz, contenta, con ganas de vivir, de trabajar, de estudiar, y de algun día, poder enseñarle a Alvaro y a Estrella todo lo que un día me enseñaron a mí...

Y no sé porqué, al despertarme, no recuerdo la cara de esa persona que me quería tanto y que en el sueño me hacía tan feliz nada más verle tocando mi barriga. Y tampoco sé porqué, pero tengo el presentimiento de que eras tú...o al menos, no me importaría que lo fueses.

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