Hacía tiempo que no se veían, ambos tenían unas ganas locas de verse, de contarse mil cosas que pasaron los últimos meses, y po fin podían hacerlo.
- Bueno, ¿cómo estás?
- Pues como el tiempo.-- dijo con pocos ánimos.
- ¿Soleado? -- dijo mirando al cielo azul infinito que no terminaba sobre sus cabezas y sin entender nada.
- Ahora sí, pero igual dentro de un rato llueve en mí. Este tiempo de locos me tiene esquizofrénica.
- Sabes que no es así, tú siempre fuiste algo esquizofrénica.
Intenta alcanzarla con la mano para darle un golpe, pero la esquiva con agilidad.
- ¡Lo siento!-- Intenta salvarse. -- Es que no entiendes nada.
- ¿Que no entiendo nada de qué?
- De que el tiempo está así porque tú estás así. Y yo también. Verás, tengo una teoría muy mía. Creo que todos nosotros somos esas nubes que están en el cielo. A medida que vamos acumulando enfados, malas caras, malas contestaciones y ese tipo de cosas que no hacen sino contaminarnos de rabia por dentro, vamos transformando nuestro color, de azul a azul grisáceo, de azul grisáceo a gris, de gris a gris oscuro. Así hasta que no podemos más y reventamos y lloramos. Y llovemos. Y la única manera de quitarnos todo ese color feo de encima es co´mpartir nuestras gotas, nuestras lluvias, porque así se hace más fácil volar por el azul del cielo, porque así es más fácil que no se produzcan torbellinos en nuestro interior.
me encanta....!! (L)
ResponderEliminar...y esa calma podria ir llegando ya, q ya esta bien de tormentas! u.u!
te quiero!