lunes, 8 de marzo de 2010

Hacía tiempo que no se veían, ambos tenían unas ganas locas de verse, de contarse mil cosas que pasaron los últimos meses, y po fin podían hacerlo.
- Bueno, ¿cómo estás?
- Pues como el tiempo.-- dijo con pocos ánimos.
- ¿Soleado? -- dijo mirando al cielo azul infinito que no terminaba sobre sus cabezas y sin entender nada.
- Ahora sí, pero igual dentro de un rato llueve en mí. Este tiempo de locos me tiene esquizofrénica.
- Sabes que no es así, tú siempre fuiste algo esquizofrénica.
Intenta alcanzarla con la mano para darle un golpe, pero la esquiva con agilidad.
- ¡Lo siento!-- Intenta salvarse. -- Es que no entiendes nada.
- ¿Que no entiendo nada de qué?
- De que el tiempo está así porque tú estás así. Y yo también. Verás, tengo una teoría muy mía. Creo que todos nosotros somos esas nubes que están en el cielo. A medida que vamos acumulando enfados, malas caras, malas contestaciones y ese tipo de cosas que no hacen sino contaminarnos de rabia por dentro, vamos transformando nuestro color, de azul a azul grisáceo, de azul grisáceo a gris, de gris a gris oscuro. Así hasta que no podemos más y reventamos y lloramos. Y llovemos. Y la única manera de quitarnos todo ese color feo de encima es co´mpartir nuestras gotas, nuestras lluvias, porque así se hace más fácil volar por el azul del cielo, porque así es más fácil que no se produzcan torbellinos en nuestro interior.

1 comentario:

  1. me encanta....!! (L)
    ...y esa calma podria ir llegando ya, q ya esta bien de tormentas! u.u!
    te quiero!

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